Situado entre las dulces colinas del Canavese, el Castillo Ducal de Agliè fué la casa favorita del rey Carlos Félix de Saboya y de su esposa Maria Cristina de Borbón-Napóles, residencia de veraneo de los Duques de Saboya-Génova y hogar de infancia de la Reina Margarita.

Es imposible resistirse al encanto del Salón de Baile del seiscientos, pintado con la técnica de trampantojo y a las largas galerías que hospedan importantes obras de arte, desde la Sala Tuscolana, rica de piezas antiguas, hasta la Capilla de San Mauricio.

En el interior de las cocinas les parecerá escuchar las voces de los cocineros que preparaban la comida real, y pasear por el jardín será como regresar atrás en el tiempo.